El talón de Aquiles del Oficial de Cumplimiento
La figura del Oficial de Cumplimiento, aunque se crea es reciente, realmente proviene de la década del 50 y del 60 cuando en Estados Unidos se crea la Prudencial Securities y se da la regulación de la Securities and Exchange
Comission (SEC), con el fin de crear procedimientos de control, monitoreo y entrenamiento de personal1. Es decir, que nació bajo la actividad de gestión humana en las empresas, pero que, a través del tiempo, se fue enfocado en el cumplimiento normativo. Más adelante, en los años 80 y 90, la finalidad era fomentar el buen gobierno corporativo y evitar la comisión de delitos en las corporaciones, lo cual fue propiciado por la US Federal Sentencing Guidelines for Corporations (U.S.S.G.)2, dando un giro en la labor del Oficial de Cumplimiento. En la última década ha tomado más fuerza la figura del Oficial de Cumplimiento en las empresas, sin importar, el sector económico, el tamaño y la antigüedad. Esto viene ocurriendo debido a la normatividad que los países han ido publicando, motivados por los compromisos internacionales para combatir los delitos de lavado de activos, financiación del terrorismo, financiamiento de la proliferación de arma de destrucción masiva, corrupción y soborno transnacional. Además, a causa de las diferentes coyunturas por las que ha atravesado la humanidad, en cuanto lo económico y lo social, como, por ejemplo, la pandemia ocasionada por el Covid-19, la crisis de los contenedores, la recesión económica, la guerra entre Rusia y Ucrania, entre otros eventos ocurridos en los últimos años. Debido a las diferentes crisis, los delincuentes siguen innovando en sus métodos para seguir generando dineros ilícitos y de esta manera, no ver afectados sus flujos de dineros para fines ilegales.
Es en este punto que nos preguntamos si los controles establecidos en las empresas para no ser utilizadas para fines ilegales están funcionando correctamente o, por el contrario, tal situación está permeando de manera descontrolada las barreras de contención, que deberían ser el escudo primordial del Oficial de Cumplimiento para evitar la materialización de los diferentes riesgos.
Es bien sabido que, desempeñar el rol de Oficial de Cumplimiento genera un estatus relevante dentro de la empresa, debido a la alta preparación académica y a la experiencia laboral de los profesionales que tienen tal designación. Además, del nivel de autoridad y decisión que implica tener dicha designación. Pero, no todo es positivo, cabe también este momento, tomarse un tiempo para hacer autocrítica, y es el principal objetivo de este artículo de opinión, dejar una reflexión para que las personas que llevan dicha investidura en las empresas, se enfoquen por un momento en los puntos débiles y que son sujetos de mejora inmediata para seguir enalteciendo tan maravillosa actividad.
Podemos afirmar que el talón de Aquiles del Oficial de Cumplimiento puede variar según la industria y la empresa, pero en común se pueden relacionar algunos puntos débiles:
- Desactualización normativa: Este punto débil se relaciona con la desconexión del Oficial de Cumplimiento con las nuevas normas aplicables a su empresa o sector económico, haciendo más probable la materialización del riesgo legal en la empresa.
- Débil autoridad para la toma de decisiones: Todo Oficial de Cumplimiento debe ser independiente y tomar decisiones sin ser cohibido por algún alto directivo. Esto se hace por el bien de la empresa, de sus accionistas, de su máximo órgano de control y del Oficial de Cumplimiento como tal.
- Insuficiencia de recursos asignados: La falta de recursos financieros, tecnológicos y/o humanos puede dificultar la capacidad del Oficial de Cumplimiento para realizar investigaciones integrales y monitorear eficazmente a las contrapartes.
- Ausencia de canales de comunicación internos: La comunicación ineficaz con otras áreas, otros órganos de control, la alta dirección y el personal puede ser un punto débil, debido a que el Oficial de Cumplimiento debe coordinar y colaborar con diversas partes de la organización para trabajar en completa sinergia.
- Falta de formación académica y experiencia en gestión del riesgo: Este punto débil se refiere a la ausencia de formación académica y complementaria a la gestión del riesgo, además, de la experiencia laboral en un área de cumplimiento o afines a esta porque no tendrá las habilidades y competencias necesarias para gestionar el riesgo y proteger a la empresa, sus accionistas y órganos de control.
- Poca credibilidad por parte de los demás: El Oficial de Cumplimiento debe generar credibilidad y confianza en las demás áreas, porque sin esto, se puede dificultar la consecución de los objetivos planteados, obstaculizando el cumplimiento de la normatividad y las regulaciones.
- Conflicto de intereses: Este riesgo se da cuando el Oficial de Cumplimiento está demasiado involucrado o es muy afín con personas de otras áreas de la empresa porque podría verse debilitada su capacidad para tomar decisiones imparciales y objetivas.
Luego de saber los principales puntos débiles del rol del Oficial de Cumplimiento, es válido hacer unas recomendaciones puntuales para evitar que alguna de ellas pueda dificultar la labor en la empresa. En primer lugar, el profesional que desempeñe dicho cargo, debe enamorarse de la lectura de la normatividad y las nuevas regulaciones. Sin importar la profesión, una de las fortalezas que debe caracterizar al Oficial de Cumplimiento es el conocimiento de la norma y, sobre todo, la oportunidad de identificarla a tiempo para poder socializar las implicaciones a los diferentes órganos de control en la empresa. En segundo lugar, el Oficial de Cumplimiento debe ser implacable con su posición ética y, por ende, debe ser coherente en cómo piensa, habla, siente y actúa. En tercer lugar, debe generar los espacios de comunicación internos, pero al mismo tiempo, generar la credibilidad en sus compañeros para que la comunicación sea fluida y asertiva y se trabaje de manera sinérgica en equipo. En cuarto lugar, el Oficial de Cumplimiento debe pertenecer a redes de apoyo con colegas que laboren en diferentes sectores económicos y tamaños de empresa, con el fin de compartir información que permita aprender constantemente y obtener puntos de vistas diferentes ante situaciones específicas. Para esto, es recomendable hacer parte de grupos de WhatsApp, seguir en redes sociales a empresas o personas referentes en temas de gestión del riesgo y aprovechar webinars y tutoriales disponibles en canales de YouTube. Finalmente, una actividad recomendable es generar cultura organizacional, definida esta como el conjunto de ideas y creencias similares compartidas por un grupo3. a través de comunicados internos, capacitación periódica a grupos focales, inducción al ingreso de nuevos empleados y reinducción cuando se de la necesidad. Esta actividad genera un entorno favorable hacia el autocuidado y el cuidado de los demás y, de la misma manera, pone en órbita de los empleados y directivos el tema de gestión de riesgos y el cómo evitar su materialización.
En Niuman Consultores contamos con un equipo interdisciplinario experto en gestionar los diferentes riesgos relacionados con los delitos fuente de lavado de activos, financiación del terrorismo, corrupción, soborno transnacional, etc.
Víctor Arredondo M.
Oficial de Cumplimiento
varredondo@niumanconsultores.com
Cel: 3118767305
Fuentes
1 Cervini, R. (2011). Quo vadis? El Cumplimiento Normativo. 17º Seminario Internacional de Ciencias Criminais. (IBCCRIM).
2 Cuenca-Noboa, F.X., Veliz-Nazareno, S.E., & Suqui-Romero, G.Y. (2019). El Oficial de Cumplimiento en el Código
Orgánico Integral Penal. Especial referencia al art. 319. Polo de Conocimiento. 4(8), 269-284.
3 Cújar-Vertel, A.D.C., Ramos-Paternina, C.D., Hernández-Riaño, H.E. & López-Pereira, J.M. (2013). Cultura organizacional:
evolución en la medición. Estudios gerenciales. 29(128), 350-355.
Fuente:
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